10 feb 2018

Cartas de un naufragio




La palabra escrita perdura
Como las cartas.
Se detiene. Tiempo.
Crecemos,evolucionamos, nos revolvemos, nos desarrollamos.
Carta. Palabra escrita se queda ahí, fresca.
Tinta. Puchero de grafito. Lágrimas orientales, negras y fantasmales.
Viva.
El tiempo es detenido.
Para, para, para, escaparate, aparador, jugando con las palabras entre los dedos de una niña a la salida del colegio...
Un uniforme, un autobús.
El tiempo.
Cuando vuelvas a leer esa carta diez años más tarde, es más tú, que tú mism@
Ese instante, más aún de lo que te has ido convirtiendo.
Ahora.
Con los sentidos más limpios, con las percepciones más abiertas.
El olor de la hierba en los zapatos, la tierra, el mar, tanta agua en el mar y tanto azul en el alma.
Tu primer sabor, el olor de las mandarinas en las manos.
Como el paladar, se va educando.
Con el tiempo,
arena goteante, para digerir el tiempo ondulante de la bandera.
Tinta de calamar

Pero ya no somos nosotros
somos otros, el resultado de lo que hemos terminado siendo,
y cuando por fin lo descubrimos,
nos queda poco tiempo para acabar el cuento
Morir para poner un título.

No hagas ruido
si quieres escuchar la brisa

Un título que ponen otros a la alegoría de tu tiempo
uno más
una gota más
que llena un vaso, entre gotas
click clik
del mar
"SER" ohhh ombligo del mundo que conocemos
Gota
Insondable y simple

Saludos desde esta carta.
Qué bonitas y eternas cartas
de almas vivas y perennes
arrojadas a una botella en el mar
navegando para siempre jamás.

2 comentarios :

  1. Morir para poner un título... jo...

    ResponderEliminar
  2. Alguien leerá nuestros blog cuando ya hayamos muerto y, con ese oportuno buenismo, nos contestará: que tengas un buen finde.

    Mejor me quedo leyendo esa carta, tu poema, que lleva el alma de todo lo que desde un principio ha vivido en las almas humanas.

    ResponderEliminar